En cualquier evento que el PPCV
organiza al que asistan cargos públicos del mismo, sus dirigentes están
trasladando dos mensajes fundamentales para que sean transmitidos a los
votantes populares. De una parte, se están dando instrucciones para transmitir
el peligro, al que algunas encuestas ya apuntan, de que en un futuro no muy
lejano pueda peligrar la mayoría absoluta del PPCV y que en su lugar pueda
consolidarse un tripartito. Y que, por consiguiente, frente al previsible
desbarajuste y retroceso que pudiera suponer un gobierno tripartito sólo hay
una alternativa sólida y solvente, la que representa el Partido Popular. Se
trata, en definitiva, de poner en guardia a los votantes populares frente a esa
hipótesis y, con ello, conseguir su movilización. A nadie se le escapa que
todas las encuestas marcan, al día de hoy, una tendencia a la baja del Partido
Popular y, no lo olvidemos, también del PSPV, tercera pata de ese hipotético
tripartito que sigue sumido en su profunda división interna y en su falta de
liderazgo y de proyecto político para nuestra Comunidad. Y también es sabido
que no es fácil modificar las tendencias electorales. Pero, en todo caso, lo
que hay que tener en cuenta y lo que, de verdad, debería mover a la reflexión
es que el partido que más está creciendo en intención electoral es el de la
abstención, el partido de los desencantados, de los indignados y el de los
engañados por una clase política que no sabe ni puede estar a la altura de las
especiales circunstancia que vivimos.
También debería mover a la
reflexión, a la autocrítica y a la rectificación plantearse quién y por qué
está alimentando el crecimiento de la abstención y el crecimiento de un
hipotético tripartito. No parece que ese posible crecimiento electoral se deba
a méritos o a una oferta muy atractiva de los miembros de ese supuesto
tripartito. Todo lo contrario, parece más bien que las causas hay que
encontrarlas en la propia acción de gobierno y a la ausencia de reacciones
atractivas para los votantes. Pero hay más: plantear que frente a un tripartito
sólo existe la alternativa del PPCV empieza a sonar falso. En los últimos
meses, estamos asistiendo a una fragmentación y voladura de la unidad del
centro derecha en la Comunidad Valenciana
que, hasta hace poco, estaba representado en exclusiva por el PPCV. Parece que
algunos no son conscientes de ellos y hay algunos dirigentes populares que con
sus actitudes escasamente dialogantes y prepotentes están haciendo más por esa
fragmentación que cualquier adversario político. El “ordeno y mando” de algunos
está contribuyendo de forma muy clara, y Alicante es buena prueba de ello, al
fraccionamiento del centro derecha regional. De modo que desgraciadamente
veremos si no lo remedia alguien con sentido común y profundas convicciones
regeneradoras que en unos meses frente a un tripartito de izquierdas podrá
haber un bipartito en el centro derecha.
Y el segundo mensaje que están
transmitiendo es que hay que movilizar a los votantes populares y darles
protagonismo. Algo que suena a palabras huecas cuando se anuncia, como hace muy
poco, que se organiza una nueva estructura del PP en la ciudad de Alicante sin
consultar con los miles de afiliados de la misma o que se quiere conectar con
el ciudadano y que se le quiere sumar a las tareas de elaboración del programa
electora y que, para ello, se va a convocar para su redacción a “los alcaldes y
portavoces populares”. Mal se empieza si se confunde a los cargos políticos con
los ciudadanos y cuando se excluye a los propios militantes populares. Alguien
acierta en el propósito pero yerra en los instrumentos.
El centro derecha, al igual que
la izquierda, deben iniciar un profundo proceso de regeneración democrática y
eso sólo pasa por más democracia interna, menos aparato de partido y más
apertura a la ciudadanía. La credibilidad no se gana con discursos, se gana con
los hechos, con el ejemplo y con el trabajo diario al servicio del ciudadano.
Santiago de Munck Loyola