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viernes, 15 de mayo de 2015

Y ¿qué hay de la corrupción?


Hay que ver, con lo movidita que ha estado esta legislatura y ahora todos calladitos. No hace nada estábamos todos alucinados con las jugosas grabaciones que La Sexta emitía, esas refinadas conversaciones entre la Alcaldesa de Alicante y su amigo la “polla insaciable”, el capo de la ciudad en las que se hablaba de lo divino (es un decir) y lo humano, en las que se trataba sobre cómo apañar (¿o era amañar?) el Plan General de la ciudad, que si pásame un plano, que si me arreglas lo del Rico Pérez, que si los de Ikea por aquí, que si a ver si me ayudas a cargarme a Pedro Gea, que si colócame a éste,… ¿Y las fotos? ¡Preciosas! ¡Nivelón el de la casta política pepera y empresarial de Alicante! Ese bañador, esas gafas de buceo, esos pijamas andorranos,… Pero ya nadie se acuerda de eso. Nadie quiere hablar.

Hay que ver, con la de titulares en la prensa que nos hemos desayunado sobre las andanzas judiciales de nuestro Ayuntamiento y ahora todos calladitos. La Alcaldesa que tiene que salir por la puerta falsa con varias imputaciones judiciales a cuestas, el Vicealcalde procesado por el caso Magallanes, el concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Alicante,  Juan Seva,  inhabilitado por un juzgado en el marco del caso Lucentum,…  ¿Nadie se acuerda ya de las mil filigranas para que ni Rajoy ni el Rey fueran fotografiados junto a la Alcaldesa? Pues parece que no, que ya nadie se acuerda de eso. Nadie quiere hablar.

Y hay que ver, con la de noticias que ha generado la particular manera de “gestionar” el Partido Popular los millonarios contratos del Ayuntamiento de Alicante y ahora todos calladitos. Parece que fue hace mucho, mucho tiempo cuando se hablaba de las adjudicaciones millonarias a las empresas participadas del amigote del PP, “la polla Insaciable”, limpieza viaria, recogida de residuos, limpieza de colegios, el cementerio, obras públicas, aparcamientos… y no, no fue hace tanto tiempo, ha sido durante estos últimos años cuando el nombre de Alicante se ha asociado en toda España a la palabra corrupción. Pero parece que ya nadie se acuerda de eso. Nadie quiere hablar.

Toda esta montaña de suciedad y podredumbre ha sido posible porque los concejales que estaban en el Ayuntamiento lo han consentido, porque no han tenido ni la decencia, ni la valentía de alzar su voz y decir ¡Basta! Y, ahora, hay que recordarlo y recordar a los votantes que cinco de ellos siguen en las listas del Partido Popular. Un partido cuyo Presidente y cuyo Secretario Provincial lo han tolerado, consentido y propiciado. Baste recordar que cuando la Alcaldesa fue imputada, el Secretario Provincial del PP, ese profesional de la política, el Sr. JJ Zaplana, fue presto a presidir una cena de homenaje que dicha señora se organizó. Y los vecinos, los votantes deben saber que ese Presidente complaciente con estas políticas va ahora de número 3 en la lista municipal del PP de Alicante.

Parece evidente que existe un pacto de silencio entre el PP y el PSOE (los tentáculos de ciertos poderes empresariales son muy largos) para que no se recuerde ni se hable de eso. Pacto al que se han debido sumar encantados los recién llegados de Ciudadanos, bien porque su candidato era militante del PSOE hasta hace dos meses, bien porque traten de guardar la ropa para ver con quien pacta.

¿Y la prensa? Un misterio. Algo pasa porque “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante” es la única opción netamente alicantina que concurre a las próximas elecciones municipales y cuyos miembros, además, han sido especialmente beligerantes contra la corrupción. Se ignora precisamente a los que queremos que se hable de esto, a los que exigimos debates para poner los puntos sobre las íes, debates para desenmascarar a los farsantes que ahora se visten de lagarteranas y para poner encima de la mesa medidas regeneradoras.

Todo parece indicar que hay un pacto de silencio vergonzante y los votantes tienen que saberlo. Con este pacto puede que consigan que no se vea, ni se oiga la corrupción, pero el hedor persistirá.

Santiago de Munck Loyola

jueves, 18 de septiembre de 2014

Ayuntamiento de Alicante: llueve sobre mojado.


Lo han vuelto a conseguir. La ciudad de Alicante vuelve a ser noticia en toda España gracias a los líos judiciales de su Alcaldesa, Sonia Castedo. Por segunda vez en menos de dos años, un juez vuelve a imputar a la Alcaldesa, en este caso el juez que instruye el 'Caso Rabasa', por los presuntos delitos de prevaricación y tráfico de influencias. Y junta a ella ha imputado a su amigo, el autodenominado “la polla insaciable”,  el empresario Enrique Ortiz.

Nuestro Ayuntamiento vuelve a ser un referente nacional y no precisamente por la calidad de los servicios que presta, sino por las sospechas de corrupción que salpican a varios de sus más relevantes cargos públicos. Todo un logro labrado, paso a paso, desde hace muchos años y del que quedan muchas facetas por descubrir. El descrédito del Ayuntamiento de Alicante y de los cargos políticos que lo dirigen es absoluto y merece una condena sin paliativos. Al margen de las responsabilidades que los procedimientos judiciales en curso contra la alcaldesa y varios concejales populares terminen por determinar (hasta ahora todos son inocentes) lo cierto e innegable es que existe una clara responsabilidad política por haber deteriorado y arrastrado por el fango la imagen y el nombre del Ayuntamiento de Alicante. Y las cosas claras: la responsabilidad política de haber llegado hasta este punto de descrédito es exclusivamente del Partido Popular, de sus dirigentes que no sólo no han querido adoptar medidas para evitarlo, sino que además han sido encubridores políticos y protectores de esta escandalosa situación, y de sus afiliados que, salvo honrosas excepciones, han permanecido mudos, dóciles y sumisos ante esta desastrosa y repugnante forma de hacer política.

Hoy, en el Partido Popular andan muy preocupados con esta situación. Pero que no se engañe el lector, la preocupación no deriva de cuestiones éticas o de principios políticos, no. La preocupación deriva de un simple cálculo electoral. Están evaluando el daño en término de votos que toda esta situación les va a reportar en las próximas elecciones municipales. Y hoy existe esta preocupación porque cuando debían haber tomado medidas ejemplarizantes no sólo no las tomaron, sino que además reforzaron la posición política de la Alcaldesa.

Cuando hace casi dos años Sonia Castedo fue imputada por primera vez, los responsables del PP alicantino, José Ciscar y José Juan Zaplana, se alinearon con ella, asistiendo incluso el segundo a una cena de homenaje organizada con ocasión de la imputación. Pusieron en marcha los mecanismos para expulsar a los pocos afiliados que entonces reclamaron que la alcaldesa y cualquier otro concejal imputado fuesen apartados del Grupo Municipal Popular. Y fraccionaron al PP alicantino para poder sortear las normas internas que impedían que la Alcaldesa pudiera presidirlo y la nombraron Coordinadora de las fracciones resultantes. Es evidente que si entonces hubiesen actuado con firmeza, si entonces la hubiesen apartado del Grupo Popular (otra cosa no podían hacer porque el acta de concejal es de ella) hoy el panorama sería muy diferente y no estarían hablando de “buscarle una salida digna” o de encontrar un “recambio” que esquive el fatal pronóstico electoral que se anuncia para mayo.

José Císcar, José Juan Zaplana y todos los concejales del equipo de gobierno, cómplices con su silencio de toda esta situación, son los principales responsables de lo que está pasando. Han sido incompetentes, sectarios, complacientes y tolerantes con conductas inaceptables, encubridores políticos de una forma de gobernar “bananera” en el peor sentido de la expresión. Ahora andan como locos buscando una solución al problema que ellos mismos han creado pero no lo hacen porque crean en la regeneración política, no lo hacen por principios, lo hacen sólo por puro mercantilismo electoral. Y decidan lo que decidan, la solución que encuentren, el recambio que busquen nacerá viciado de origen porque, una vez más, lo harán sin contar con sus abnegados militantes cuya opinión les importa muy poco. Si los problemas judiciales de Sonia Castedo la incapacitan políticamente para seguir gobernando y tienen que “buscarle una salida digna” (o sea otro cargo público) ¿no la incapacitan para seguir cobrando de otro presupuesto público? La única salida digna es dejar la política y buscarse la vida como cualquier ciudadano. ¿Y el recambio? ¿Van a preguntar a los afiliados? ¿Va a salir de entre los miembros de un Equipo de Gobierno responsable de adjudicaciones escandalosas y corresponsable de la sucia imagen de nuestro Ayuntamiento?

Peor no se podía haber gestionado esta situación. Los José Ciscar, José Juan Zaplana, Sonia Castedo, Andrés Llorens, Marta García-Romeu, Juan Seva, Antonio Ardid, Miguel Valor, Carlos Castillo, María Ángeles Goitia, Sonia Alegría, Pablo Sandoval, Adrián Santos, Belén González, Oti García-Pertusa, Juan Zaragoza, Mariano Postigo, María del Carmen de España, Luis Barcala y Tomy Duarte han estafado políticamente a los ciudadanos de Alicante, han defraudado la confianza de los votantes y han abierto la puerta del gobierno de la ciudad a la izquierda alicantina. Lamentablemente lo comprobaremos en unos meses.

Santiago de Munck Loyola