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viernes, 28 de abril de 2017

El PP sigue avalando lo peor de la política.


Y, mientras tanto, el promotor de nuestra expulsión, José Císcar, Presidente Provincial de Alicante, ex concejal pro catalanista en su pueblo, fichado y promovido por Camps, citado en el informe de la UDEF de 2008 como pagador en negro a la trama Gürtel, responsable del mayor desastre electoral del PP de Alicante en 2015, etc. va a repetir en el cargo... ¿A éso le llaman regeneración en el PP?




jueves, 17 de marzo de 2016

A los dos jetas del PP de Alicante.


Lo siento. Habrá quien me llame pesado o cansino por volver sobre el tema, pero cada vez que se publica una noticia como la de hoy no puedo permanecer callado. La indignación supera a veces a la prudencia. Hoy, el Diario Información publica una noticia bajo el siguiente título “El PP de Alicante pide mano dura con Rita”. Según este diario “los populares de la provincia se alinean con el sector renovador del partido que discrepó de Rajoy” y señala que “reclaman la renuncia de la senadora «para que no perjudique» a la formación. «Los ciudadanos exigen cada vez más que seamos ejemplares», sostienen. La noticia se acompaña con la foto de varios dirigentes provinciales del PP entre los que se encuentran el Presidente Provincial José Ciscar, José Juan Zaplana y Luis Barcala. Pero ¿cómo pueden tener tanta cara dura? ¿cómo pueden tener tanta jeta política, tanta desfachatez?

Es indignante que precisamente sujetos como José Ciscar o José Juan Zaplana se atrevan a abrir la boca para pedir “mano dura” contra Rita Barberá, para apuntarse a la anhelada renovación del Partido Popular o para hablar de ejemplaridad, cuando lo que tenían que haber hecho hace tiempo es dimitir e irse a su casa tras haber dejado al PP de Alicante hecho unos zorros, tras haberlo hundido electoralmente y haberlo enfangado en el descrédito y la corrupción. ¿De qué ejemplaridad hablan estos individuos? ¿Fue ejemplar participar en cenas de homenaje a Sonia Castedo cuando la imputaron? ¿Fue ejemplar pagar con dinero negro a la trama Gürtel tal y como dice que hizo el Sr. Ciscar el informe de la UDEF? ¿Fue ejemplar que el PP en muchas localidades de la provincia de Alicante tuviera doble contabilidad? ¿Es ejemplar que al día de hoy el PP se esté financiando ilegalmente con el dinero de algunos grupos municipales? ¿Fue ejemplar disolver al PP de la ciudad de Alicante para colocar en su cúpula a Sonia Castedo sorteando así la inútil línea roja de Alberto Fabra? ¿Fue ejemplar expulsar a los militantes que pedían honestidad y más democracia interna? ¿Fue ejemplar, Sr. Ciscar, negarse a mostrar las cuentas de las campañas electorales a los militantes que por escrito lo solicitaron? ¿Es ejemplar haber formado parte del equipo de Sonia Castedo y no haber denunciado nunca ninguna de las actuaciones poco ejemplarizantes del consistorio Alicantino?

Sr. Ciscar, Sr. Zaplana son ustedes dos farsantes, dos oportunistas de la peor especie que no saben o no quieren vivir de otra forma que no sea de la política y que para subsistir son capaces de vestirse de lagarterana. No tienen ni vergüenza, ni escrúpulos, ni decencia política. Ustedes no han creído nunca ni en la democracia interna, ni en la regeneración política, ni en la ejemplaridad. Su trayectoria, sus hechos lo confirman. Su credibilidad es tan grande como la del Barón de Münchhausen y si alguien merece “mano dura” en el seno del Partido Popular, sin ninguna duda, ustedes se llevan la palma. Dimitan, búsquense un curro y dejen de manchar la política. A Alicante y a su partido le vendría muy bien.

Santiago de Munck Loyola


martes, 15 de marzo de 2016

En Génova lo olían y se taparon la nariz.

Ahora que en Génova parece que algunos se rasgan las vestiduras ante tanta noticia sobre irregularidades en el seno del PPCV, quiero denunciar públicamente que en octubre de 2012 varios militantes del Partido Popular de Alicante remitimos una carta a la Secretaria General, Mª Dolores de Cospedal, en la que denunciábamos lo que hoy es ya una triste realidad: corrupción, despilfarro, nepotismo, falta de democracia interna,... No pueden alegar los dirigentes nacionales sorpresa alguna o desconocimiento. Sencillamente miraron hacia otro lado y la Secretaria General especialmente. 

Mª Dolores de Cospedal y su equipo son los principales responsables de lo que ha ocurrido con el PPCV por ignorar las denuncias internas que recibían. Y a poco que se investigue lo del PP de Alicante puede ser igual o peor que lo del PP de Valencia. A continuación reproduzco la carta remitida entonces a Dª Mª Dolores de Cospedal, Secretaria General del Partido Popular, que no tuvo la decencia de responder, al igual que sus colaboradores D. Juan Carlos Vera y D. José María Arribas. Su única preocupación entonces fue silenciar y expulsar a los críticos. He aquí la carta y que cada uno saque sus conclusiones:

A/a Dª Mª Dolores de Cospedal. Secretaria General de Partido Popular.

Estimada Secretaria General:

Los abajo firmantes, afiliados del Partido Popular de la Ciudad de Alicante, queremos a través de la presente trasladarte nuestra profunda preocupación sobre la grave situación del Partido Popular en nuestra Comunidad, nuestra Provincia y nuestra ciudad.

1º Como afiliados del Partido Popular sentimos vergüenza y rechazo ante la continua aparición en los medios de comunicación de noticias denunciando actitudes y hechos presuntamente delictivos protagonizados por muchos cargos públicos del Partido Popular, sin que se haga efectiva la separación de todos los imputados de las responsabilidades públicas que ostentan que sólo en el Grupo Popular de las Cortes Valencianas alcanzan once escaños.

2º Igualmente entendemos que es preciso adoptar de forma urgente medidas para terminar con el pluriempleo de muchos cargos políticos populares algunos de los cuales llegan simultanear hasta más de cuatro cargos públicos en detrimento de la atención que la ciudadanía exige especialmente en esta crisis. Creemos que la ejemplaridad pasa también por la exigencia del principio “una persona, un cargo, una función pública”. No es admisible seguir manteniendo la simultaneidad de tantas alcaldías con actas de diputados autonómicos. Los ciudadanos exigen una dedicación total que resulta incompatible con lo anterior.

3º Creemos que hay que poner límite a la utilización de las instituciones públicas en beneficio de los entornos próximos de los cargos electos (contrataciones, asesores, cargos de confianza,…) desterrando de una vez cualquier sospecha de nepotismo y favoritismo.

4º Reivindicamos la democracia interna y la participación, e igualmente rechazamos el continuo menosprecio a la desinteresada labor y a los derechos de los miles de militantes del Partido Popular de Alicante, utilizados únicamente para labores electorales, y sistemáticamente ignorados a la hora de participar en la política interna del partido. La Junta Local de Alicante ha sido durante años un claro ejemplo de coto cerrado, dominado por grupos y familias, que han hecho y desecho al margen de la militancia y cuyas consecuencias son hoy más que nunca visibles en el Ayuntamiento de la ciudad y en las causas judiciales abiertas.

5º Solicitamos el amparo de nuestros derechos de afiliados y el respeto a los Estatutos del Partido Popular por parte de todos los cargos orgánicos de la estructura territorial y, en especial, de la provincia de Alicante cuyo comité ejecutivo, con el fin de evitar las elecciones a la Presidencia Local de la Ciudad de Alicante, acordó el pasado día 11 del mes de octubre suprimir la Junta Local de la Ciudad y sustituirla por un número indeterminado de distritos. Dicha decisión fue inmediatamente impugnada por varios afiliados sin que, hasta el día de hoy, haya respondido ni el Comité Ejecutivo Provincial, ni el Secretario General del PPCV (se adjuntan copias de las impugnaciones). Más de 600 firmas de afiliados han sido ya recogidas en contra de esta arbitraria decisión que serán remitidas al Comité Nacional de Derechos y Garantías si fuere preciso incoar su intervención.

Por todo lo anterior, Secretaria General, solicitamos tu intervención con el fin de reconducir una situación gravemente perjudicial para la credibilidad y el futuro del proyecto popular en la Comunidad Valenciana y, en especial, para la Provincia de Alicante.

Atentamente, en Alicante a 27 de octubre de 2012.

lunes, 15 de febrero de 2016

Hora de Ppasar Ppágina.


No es difícil imaginar cómo se deben de sentir estos días millones de votantes del Partido Popular y miles de sus abnegados y honestos militantes con la lluvia incesante de noticias relacionadas con la corrupción que salpica a diferentes dirigentes del partido. Junto a cierta indignación, por lo que a todas luces es un tratamiento informativo sesgado y comparativamente injusto ante la sordina mediática a los escándalos socialistas tan graves o más que los del PP, la mayoría sentirá desencanto, impotencia y rabia, se sentirán engañados y defraudados por tanto comportamiento político miserable y delictivo.

He sido del Partido Popular durante 31 años hasta que la cuadrilla que dirige el PP de Alicante promovió que me expulsaran en octubre de 2013 por denunciar la corrupción y pedir la regeneración del partido. Fundé el PP en Rivas-Vaciamadrid en 1989 y fui su Presidente Local hasta 2003. He sido concejal del Partido Popular durante 12 años en tiempos muy difíciles. He sufrido insultos, desprecios, descalificaciones y amenazas por ser representante electo del Partido Popular. 

He pasado miedo, no me avergüenza decirlo, y mi familia también lo sufrió. He visto mi nombre pintado en fachadas y he padecido durante años el sectarismo y la violencia verbal de mucha gente de izquierdas en el que era mi municipio, Rivas-Vaciamadrid. He visto como se incorporaban al Partido medradores, espabilados, amigotes de los de arriba, gente sin escrúpulos y sin ideología, he visto como gracias a los “dedazos” ascendían en la estructura del Partido y hoy los veo en los titulares menos edificantes de los medios de comunicación.

No pertenezco al Partido Popular y, sin embargo, siento mucha pena e indignación ante cada una de las noticias que le salpican. Creía y sigo creyendo en unos principios y unos valores que enarbolaba el Partido Popular y es evidente que muchos dirigentes del mismo nunca han creído en ellos. Más bien los han usado y manipulado para alcanzar el poder en beneficio propio. Pensaba y pienso que todos los sacrificios y esfuerzos de tanta gente honesta y trabajadora merecían la pena para ayudar a transformar nuestra sociedad y es evidente que muchos dirigentes los han empleado para su enriquecimiento personal.

Me duele y me indigna cuando algunos aprovechan para pedir la ilegalización del Partido Popular a causa de todos los casos de corrupción que vamos conociendo día a día porque el Partido Popular no es su cúpula pusilánime, el Partido Popular no es el conjunto de cargos públicos corruptos o presuntamente corruptos que se van destapando, el Partido Popular es otra cosa. Son los cientos de miles de afiliados honestos y los miles de cargos públicos decentes a los que unos cuantos han denigrado con sus comportamientos. La corrupción no tiene un ADN político concreto, no tiene ideología. Pero si de algo adolece el Partido Popular, si hay algo que ha facilitado esta escandalosa situación, es precisamente la falta de democracia interna, unos estatutos que impiden al afiliado elegir y controlar a sus representantes. En definitiva, la ausencia de mecanismos internos de elección y de control.

Hoy por hoy, la gente de derechas o de centro derecha está más huérfana que nunca. Muchos votaron al PP el 20D con la nariz tapada. Muchos lo hicieron por miedo a los podemitas y a sus aliados y pocos con una profunda convicción moral y ética. ¿Cuántos votantes del PP el 20D pensaron que su voto iba a servir para situar, por ejemplo, a Celia Villalobos en la Vicepresidencia del Congreso?

Y frente a tanta voz oportunista dentro del propio PP, hay que decir claro que esto no se arregla con una refundación teledirigida del Partido Popular. Muchos de los dirigentes del PP tienen que seguir el ejemplo de Esperanza Aguirre y hacerse a un lado. Hoy más que nunca, España necesita un nuevo proyecto reformista, liberal y conservador que aúne voluntades, que promueva la confluencia de tantos y tantos ciudadanos comprometidos con la defensa de los principios que el PP abandonó y que hoy se encuentran muy lejos de los dictados de Génova 13. Con la pena, con los lamentos o con la decepción el centro derecha no va a ir a ningún sitio. Es hora de ”ppasar ppágina”. Hace falta ya una reacción colectiva para reconstruir un proyecto que sea capaz, desde las bases, de hacer frente a esta izquierda demagoga, revanchista y profundamente sectaria que amenaza el futuro y la propia unidad de España.

Santiago de Munck Loyola


martes, 9 de febrero de 2016

José Juan Zaplana ¿exponente de un nuevo PP?


De piedra, hoy me he quedado de piedra al leer un artículo en el Diario Información de Alicante titulado “La nueva hornada de políticos del PP siente «asco» por la corrupción y reclama primarias” (http://www.diarioinformacion.com/politica/2016/02/08/nueva-hornada-politicos-pp-siente/1725202.html). La sorpresa no obedece al titular del artículo, porque es evidente que cualquier político, nuevo o menos nuevo, tiene que sentir “asco” por la corrupción, como lo es también que cualquier demócrata apueste por la democracia interna en su organización política, sino que la mayúscula sorpresa obedece a que se califique de “nueva hornada de políticos” a algunos que llevan viviendo lustros de la política y a la inclusión entre esta supuesta nueva hornada de políticos “asqueada” y ferviente partidaria de las primarias a sujetos como José Juan Zaplana López.

Ahora que tanto se habla de “refundar” el Partido Popular de la Comunidad Valenciana e incluso de cambiar su nombre es preciso aclarar las cosas, porque da la sensación de que los promotores de estas ideas tratan de engañar, una vez más, a la gente. El PPCV no puede ni refundarse, ni cambiar de nombre si no lo hace el propio Partido Popular de España. Los promotores de estos globos sonda, los mismos que se ofrecen para hacer este supuesto cambio, mienten y lo saben. Los mismos políticos que con su pasividad y complicidad han conducido al Partido Popular a su naufragio ético y electoral no pueden ahora presentarse como sus salvadores.

Pero, volviendo al sorprendente artículo, hay que subrayar una obviedad y es que ninguno de los diez políticos citados ha llegado al puesto que ocupa por haber sido elegido por las bases del Partido Popular. Todos fueron incluidos en su día en las listas electorales gracias al “dedazo” superior, unas veces por ser “hijo de…”, otras por ser dóciles y obedientes, otras en agradecimiento a servicios prestados, alguno por su auténtica valía… pero todos tienen en común su falta de legitimidad del voto de los afiliados.

Ahora bien, hay que ser muy inocente para incluir en la categoría de “nueva hornada de políticos” a un viejo conocido como José Juan Zaplana López. Para quien no lo conozca hay que señalar que este joven de 41 años lleva en política desde los años 90. Es el prototipo de trepador de Nuevas Generaciones que, sin casi experiencia en el mundo laboral y sin titulación superior, lleva lustros viviendo de la política. Como Secretario general del PP de la Provincia de Alicante y como concejal de San Vicente del Raspeig se ha ganado a pulso fama de prepotente, de intolerante y de incompetente. Fue el promotor e impulsor de la expulsión del PP de Antonio Sobrino Ribes y de un servidor acusándonos del grave delito de promover la regeneración del Partido Popular, de pedir la dimisión de imputados y de denunciar públicamente los escándalos de corrupción que, al parecer, a él entonces no le daban ningún asco. En 2015 tuvo sus más y sus menos con Esquerra Unida que le denunció por contratar por 26.000 euros para la prestación de servicios informáticos al Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig a la empresa EICO, propiedad del valenciano Alejandro De Pedro, un amiguete suyo e imputado en la operación Púnica. José Juan Zaplana López, en un alarde de transparencia, llegó a enviar al despacho de EU a la policía para recuperar los justificantes de facturas que en el ejercicio de sus funciones como concejales de la oposición habían recabado. ¡Estilazo el de Zaplana!

Tiene su miga que se incluya a este cuarentón, a este profesional de la política, a este arribista (hoy con Luisa Pastor, mañana con su rival), entre la nueva hornada de políticos del PP  supuestamente asqueados por la corrupción y que apuestan por la regeneración. Su sola inclusión no sólo provoca risa sino que es un auténtico baldón para la credibilidad de las declaraciones del resto de la llamada “nueva hornada”.

Pero, vamos a ver, Zaplana, alma de cántaro, ¿A quién pretendes engañar? ¿No te das cuenta de que con tus antecedentes políticos no puedes ir por ahí dándotelas de regenerador, ni rasgándote las vestiduras por los casos de corrupción? ¿Cómo puedes ir ahora de regenerador si, como Secretario General del PP alicantino no has asumido responsabilidad alguna en el desastre electoral al que tú y tu jefe inmediato, José Ciscar, habéis llevado al PP de la Provincia de Alicante? ¿Cómo tienes la cara dura de apuntarte a la democracia interna y a las primarias si perseguiste con saña a los afiliados que en Alicante promovíamos el pluralismo y una candidatura regeneradora? ¿Te has olvidado de que te oponías a las elecciones a compromisarios para los congresos y defendías el reparto de los puestos entre las “familias” del PP? ¿Has olvidado tus declaraciones a la prensa apuntándote a la coartada del consenso para evitar la pluralidad de candidaturas en las elecciones de las juntas locales? ¿Has olvidado tus presiones sobre tantos y tantos posibles candidatos para que no concurrieran a las elecciones internas apelando a un falso consenso? ¿Te has olvidado, por ejemplo, de Torrevieja?

La hemeroteca te delata. No es posible olvidar que fuiste uno de los artífices de la división del PP de la ciudad de Alicante en distritos para poder poner al frente de ellos, como coordinadora de los mismos, a la Alcaldesa, Sonia Castedo, saltándote la línea roja de Fabra, sin elecciones internas ni gaitas. Recordemos: Diario Información "El PP pide apoyo a Castedo para apuntalar la nueva estructura del partido en Alicante". Según el periódico, 6-2-2013, la dirección provincial del PP solicitó a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, su “colaboración” para poner en marcha el nuevo organigrama interno del PP de Alicante, que prevé “trocear” la ciudad en cinco ejecutivas de distrito. Hace unos días, Castedo visitó la nueva sede junto al “núcleo duro” de sus concejales. Acudieron a la cita con José Juan Zaplana, número dos de José Císcar en el PP, la propia Castedo junto al vicealcalde Andrés Llorens; el concejal Juan Seva y la portavoz municipal, Marta García-Romeu. Todo el que tiene algo que decir dentro del grupo del PP en el Ayuntamiento de Alicante estaba alrededor de la mesa, apuntan fuentes populares. ¿Objetivo del encuentro? Apuntalar la elección de las cinco nuevas ejecutivas locales con el respaldo explícito y claro del grupo de concejales alicantinos.

¿Pero de qué vas ahora? ¿Que te sientes asqueado y decepcionado? ¡Vamos, anda! ¡A otro perro con ese hueso! No se te veía tan asqueado cuando corriste a sentarte en la mesa presidencial de la cena de homenaje a Sonia Castedo cuando fue imputada por primera vez. Se te veía muy sonriente en la foto. Tampoco se te notó perturbado en tus principios cuando el instructor de nuestro expediente de expulsión (imputado posteriormente por corrupción, por cierto) señalaba por escrito y bajo el logo del PP que no se podía criticar públicamente a Sonia Castedo porque la política de Sonia Castedo era la política del PP. ¿Lo recuerdas? ¿O acaso la caída del caballo de tu súbita conversión te ha provocado amnesia? Hay que tener mucho cuajo y muy pocos principios para intentar pasar de sicario de la peor “casta” política a adalid de la renovación y la regeneración. No cuela.

Puedes disfrazarte de lo que quieras, puedes contar las milongas que te gusten, puedes mentirte y tratar de engañar a los demás, pero aunque la mona se vista de seda, mona se queda. No se puede ser pirómano y a la vez bombero. Hay trayectorias políticas difíciles de borrar e imposibles de justificar salvo por la existencia de una ambición desmedida y la ausencia de otro "modus vivendi". No todo vale en política y las hemerotecas y los que aún tenemos algo de memoria siempre estaremos para recordarlo.

Santiago de Munck Loyola


viernes, 29 de enero de 2016

La hipoteca valenciana de Rajoy y cía.


El afloramiento de parte de la escandalosa trama de corrupción organizada en torno al Partido Popular de la Comunidad Valenciana no podía haberse producido en peor momento para las aspiraciones de los populares de seguir en el Gobierno mediante acuerdos con otras formaciones políticas. Son muchos años seguidos de corrupción política y económica como para que al final no terminase por explotar la olla en la cara de los dirigentes nacionales del Partido Popular. A la trama Gürtel, hay que sumar ahora el asunto de Aquamed y el del Sr. Rus y su cuadrilla. Y no se trata sólo de que algunos desaprensivos utilizasen el poder para llenarse los bolsillos a costa de los contribuyentes, sino que, además, lo utilizaban para financiar al propio partido que los había encumbrado, sin el aval de los militantes, a esos puestos de poder. Muchos lo sabían y callaban. Muchísimos lo sospechaban, y salvo denuncias aisladas, también callaban. Y es que cuando un partido prescinde de la voluntad de sus afiliados a la hora de seleccionar a sus cargos públicos, cuando una maquinaria partidista endogámica y pesetera se nutre y nutre en parte a las instituciones públicas de amigotes, familiares, chulos, golfos, indocumentados, advenedizos, medradores e incompetentes pasa lo que pasa. No es un secreto que muchos han usado los cargos públicos para su beneficio personal y también para el beneficio político de la cúpula del Partido Popular. De lo primero estamos viendo estos días un pequeño botón de muestra. De lo segundo, se pudo ver y comprobar cómo se usaron los presupuestos de la Generalidad Valenciana para presionar a Alcaldes y Concejales populares para que avalasen la candidatura de Rajoy en 2008.

Señalan algunos medios de comunicación que en Génova están sorprendidos y escandalizados por las noticias que están apareciendo estos días sobre la corrupción en el PPCV. Pues será porque quieren o será una simple y obligada pose porque lo cierto es que mientras el PPCV era poderoso y aportaba avales y votos ignoraron, hasta la vulneración de sus propios estatutos, las denuncias y las firmas que algunos militantes de la Provincia de Alicante les hicimos llegar. Es más, la Secretaria General, Mª Dolores de Cospedal, ni siquiera se dignó a contestar a los escritos en los que se denunciaba la falta de democracia interna del PP alicantino, la mala imagen del mismo y la necesidad de una profunda regeneración. Y cuando un pequeño grupo de militantes iniciamos un modesto movimiento en pro de la regeneración, cuando pedimos el examen de las cuentas electorales alicantinas del 2007 y 2011 y fuimos fulminantemente expulsados del PP, tras un expediente instruido por un diputado imputado por corrupción, ni siquiera tuvo la decencia de contestar a nuestro recurso el Comité Nacional de Garantías del Partido Popular del Sr. Rajoy. En Génova, desde el Presidente Nacional, pasando por la Secretaria General hasta la última secretaría, sabían o debían saber, porque denuncias no les faltaban, que algo olía a podrido en el PPCV y en el PP de Alicante. Así que ahora mejor que no se hagan los sorprendidos, que los demás no somos tontos. No tocaron al PPCV porque tenían una deuda política con él.

Los populares presumen de que a lo largo de la pasada legislatura aprobaron decenas de iniciativas para combatir la corrupción. Pero olvidaron lo básico: empezar por limpiar su propia casa. Como señalaba hace poco un periódico basta recordar que la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno fue defendida en el Congreso  por Pedro Gómez de la Serna, que ahora tiene una causa abierta en la Audiencia Nacional por cobrar comisiones ilegales presuntamente a empresas españolas para hacer negocios en el extranjero. Este señor dijo entonces desde la tribuna del Congreso: "con las 70 medidas que este Gobierno ha puesto en marcha habrá mucha menos corrupción en España de la que hubo después de que ustedes dejaran el Gobierno. No se trata señorías del y tú más, no se trata de ver qué partido ha padecido y ha sufrido más bochorno por hechos relacionados con la corrupción, pero sí se trata de ver quién cuando llega a las responsabilidades del Gobierno ha hecho más por combatirla. Y en ese tema, señores del Partido Socialista, lo digo con toda humildad, no nos llegan ustedes ni a la suela del zapato". Y se quedó tan fresco.

La corrupción no es un fenómeno exclusivo de gente del PP, ni ADN ni gaitas. Y, si no, que se lo digan a los socialistas y a los sindicatos de los ERES, a los convergentes catalanes y sus pujoles o a los nacionalistas vascos con el caso “De Miguel”. Pero es evidente que cúpula del PP no ha sabido ni querido reaccionar a tiempo en los casos que afectan al partido y que no ha dado ni un solo paso para democratizar internamente al partido y, con ello, legitimar el acceso y el control por las bases de sus militantes a los cargos públicos. Por negligencia y por omisión la cúpula del Partido Popular está tocada por estos casos de corrupción. Y deberá rendir cuenta por ello y, consecuentemente, por poner a España en una difícil situación de gobernabilidad.

Santiago de Munck Loyola


viernes, 11 de diciembre de 2015

Votar nulo, una opción razonada y razonable.


Una reciente encuesta realizada por el Instituto DYM arroja unos curiosos resultados sobre la intención de voto considerando la ideología de los entrevistados.  A nueve días de las elecciones generales parte del electorado sigue dudando, sin saber qué hacer o por quién optar.

Según esta encuesta la mayor parte de los indecisos se encuentra entre quienes se consideran de centro. El 53,6% de ellos todavía no manifiesta su voto frente a un 46,4% que sí lo tiene decidido. De éstos, los que ya lo tienen decidido, el 15,2% apuesta por Ciudadanos y el 10,2%, por el PSOE.

Entre los que se definen como de centro-derecha un 66,4 % ya tiene decidido su voto. Parece que lo tienen más claro: un 30,8% para el PP y casi un 20% para Ciudadanos. Y de los que se etiquetan como votantes de derechas, el 65,3% ya tiene claro su próximo voto: el 42,5% se inclina por el PP y un escaso 6,6% por Ciudadanos. Resulta cuando menos llamativo que un partido que se autodefine como de centro izquierda coseche tan buenas expectativas entre los votantes, sobre todo, de centro-derecha. O bien el partido naranja es muy camaleónico o bien buena parte de su electorado carece de escrúpulos ideológicos o programáticos.

Pero, si uno se identifica con posiciones políticas de centro, de centro-derecha o de derechas, si vive en la Provincia de Alicante, si cree en la regeneración política y si además quiere ejercer su voto el próximo 20 de diciembre con coherencia y con responsabilidad, la verdad es que lo tiene bastante difícil porque las ofertas electorales que finalmente concurren son bastante limitadas y adolecen de bastantes defectos y carencias como para poder elegir una de ellas con plena satisfacción. Eliminada de forma arbitraria e injusta la candidatura de Esperanza Ciudadana, la única candidatura alicantinista y regeneradora, algunos nos tenemos que plantear a quién votar en las elecciones generales. No se trata de elegir a unos para evitar que otros ganen, sino de elegir la opción política que por su trayectoria y sus propuestas pueda defender mejor los intereses de los alicantinos desde unos principios ideológicos concretos, los que no comparte la rancia izquierda que ahora gobierna nuestras tierras.

Desde esta perspectiva, es decir, desde la coherencia con determinados principios y valores, la opción de Ciudadanos es plenamente descartable. Su posicionamiento ideológico, sus propuestas fiscales, su intervencionismo, sus tics autoritarios internos y su compadreo con el Gobierno Socialista en una de las Comunidades Autónomas más castigada por la corrupción no son elementos suficientes como para poder compensar los aspectos positivos de su programa, que los tiene. Y este descarte se reafirma, además, si se tiene en cuenta el posicionamiento de los concejales de Ciudadanos a lo largo y ancho de la Provincia de Alicante en la que desgraciadamente este partido se ha nutrido en muchos casos de un aluvión de oportunistas sin escrúpulos.

Por el lado derecho, tampoco parece que VOX sea una opción válida para los ciudadanos comprometidos con Alicante, con la regeneración y con los valores del centro-derecha. En un tiempo record, lo que nació como un proyecto ilusionante al servicio de unos determinados valores se ha convertido en un instrumento de supervivencia personal del prototipo de la casta política, en un experimento fallido en el que la democracia interna agoniza y en un proyecto escorado cada vez más hacia posiciones ultraconservadoras. Un partido en el que sus máximos dirigentes no predican con el ejemplo personal.

Y la última opción a valorar es la que representa el Partido Popular. Dejando al margen consideraciones personales hay una serie de hechos objetivos que no invitan precisamente a votarle. Hacer un repaso de los sistemáticos incumplimientos del programa del año 2011 y de sus propios principios llevaría páginas enteras: el Plan Hidrológico Nacional, la Ley de Memoria Histórica, la regulación del aborto, la bajada de impuestos, la lucha contra el endeudamiento público, la independencia de la Justicia, los recortes de prestaciones públicas, la hoja de ruta de ZP respecto a ETA, etc. La lista de incumplimientos sería tan larga como la lista de casos de corrupción que salpican a cargos públicos del PP. A ello se podría añadir la falta de democracia interna cuyo mejor reflejo es la propia candidatura popular al congreso por la Provincia de Alicante, impuesta desde Madrid y con un paraca a la cabeza, o la candidatura al Senado encabezada por una acaparadora de empleos públicos, como Adela Pedrosa, prototipo de los profesionales de la política en el peor sentido de la expresión. Nada pues invita a otorgar el voto al PP que en nuestra provincia sigue siendo dirigido por los responsables de su hundimiento electoral, por los protectores de los comportamientos políticos más indignos y por los enemigos declarados de la regeneración democrática como son el Sr. Ciscar y su acólito el Sr. JJ Zaplana. Un partido que utiliza los escaños de nuestra provincia, no para defenderla, sino para colocar a sus dirigentes sin sitio en su propia circunscripción electoral, no merece la confianza de los ciudadanos alicantinos ni de centro, ni de centro-derecha, ni de derechas.

Ante este triste panorama, abstenerse no es una solución. Votar en blanco supone que el voto terminará sumando como resto a alguno de los partidos mayoritarios gracias a la denostada ley electoral. No queda, por tanto, otra salida responsable que la del voto nulo para la gente que no es de izquierdas, para los ciudadanos que quieren que nuestra provincia recupere el protagonismo y la importancia que le han robado durante tantos años y para todos cuantos quieren una regeneración profunda del sistema político. Una regeneración desde los valores de la libertad, la democracia, la transparencia, la ejemplaridad, la defensa de la familia, la vida, la defensa del medio ambiente, la solidaridad, la igualdad de derechos entre los españoles y la unidad de España. No queda otra opción sensata y responsable que la del voto nulo. Y un servidor lo hará el próximo 20 de diciembre. No me van a engañar más.

Santiago de Munck Loyola


lunes, 20 de julio de 2015

Más de lo mismo en la Diputación Provincial de Alicante.


Que finalmente el Presidente Provincial del PP, José Ciscar, no haya resultado elegido presidente de la Diputación Provincial de Alicante gracias al veto de Ciudadanos es una buena noticia para todos cuantos trabajan por la regeneración de la política y de las instituciones. Bien es verdad que este veto de Ciudadanos a José Ciscar tiene toda la pinta de una venganza política del líder provincial de Ciudadanos, Emigdio Tormo ripollista de pro, más que a una cuestión de principios éticos y políticos. Al fin y al cabo, Ciudadanos ha dado el poder de la institución provincial a un partido que no sólo no se ha movido un centímetro en favor de la regeneración democrática, sino que, además, cuenta entre sus filas de diputados provinciales con un imputado. Gracias a Ciudadanos se ha producido un cambio de caras, pero no de políticas y se deja la institución provincial en manos de un partido responsable directo de la marginación presupuestaria de nuestra Provincia, de políticas despilfarradoras e insolidarias y de decenas de casos de corrupción sin que, hasta el día de hoy, nadie haya entonado un “me culpa” ni pedido perdón a los alicantinos por tanta desvergüenza.

Pocos cambios pueden esperarse en la política a desarrollar por la nueva Diputación Provincial a pesar de la buena imagen del nuevo Presidente, César Sánchez, pupilo y colaborador directo de José Ciscar. No hay que olvidar que en el PP se dirige y se somete a los cargos públicos a las directrices del partido dejando poca autonomía política a los cargos institucionales. Y la prueba más palpable la veremos en cuanto se proceda a nombrar a toda esa pléyade de cargos a dedo, asesores y directores, que lastran el presupuesto público. La lista de gente buscando acomodo en la mamandurria provincial es inmensa tras el desastre electoral de las elecciones municipales y será la dirección provincial del Partido Popular la que se ocupe de premiar a los buenos y castigar a los malos indicándole al Presidente de la Diputación a quién tiene que contratar y a quien no. Cuentan que hay ex cargos públicos populares que, en un alarde de ignorancia administrativa, se ofrecen hasta de conserjes. Y no voy a dar nombres.

Si el nuevo Presidente de la Diputación, César Sánchez, quisiera o pudiera dar muestras de su talante regenerador y de su autonomía política podría empezar su mandato con toda una batería de gestos políticos: eliminar el 90 % de los cargos de confianza, suprimir todos los coches oficiales y eliminar ese infame acuerdo aprobado en la legislatura pasada por el PP y el PSOE que permite a los grupos políticos de la Diputación desviar la asignación económica para sus gastos de funcionamiento en la Diputación al pago de los alquileres de las sedes de sus partidos. Estoy prácticamente convencido de que no lo va a hacer porque ni su partido, ni seguramente Ciudadanos, se lo van a permitir.

Salvo imprevistos, a los alicantinos nos esperan en la Diputación más de lo mismo y mientras tanto nuestra Provincia seguirá siendo marginada por el Estado y por la Generalidad Valenciana, administración en cuyo Gobierno el peso de Alicante es prácticamente nulo.

Santiago de Munck Loyola

jueves, 25 de junio de 2015

Ciscar, un aspirante incompetente para la Diputación.


Hay cosas que en política son incomprensibles. Es incomprensible que en un partido político como el Partido Popular que acaba de perder la friolera de 140.000 votos en la provincia y, con ello, numerosas alcaldías no se haya movido nada. Es incomprensible que no se haya producido en su seno un debate profundo, una autocrítica para analizar las causas y corregir los errores. Es incomprensible que no se haya producido ni una sola dimisión de los responsables políticos de esta debacle electoral. Y es aún más incomprensible que el principal responsable de ello, el Presidente provincial José Ciscar, no sólo continúe en su puesto, sino que además ahora aspire a presidir nada menos que la Diputación Provincial de Alicante.

Este señor, por si fuera poco, además de no poder exhibir en su favor un resultado electoral presentable, tampoco puede presentar como aval los resultados de su gestión a favor de nuestra provincia como miembro del Gobierno valenciano. Todo lo contrario, ha sido responsable de la discriminación presupuestaria y de la marginación económica que durante los últimos años y con especial intensidad ha padecido la provincia de Alicante a manos de la Generalidad Valenciana.

José Ciscar ni siquiera puede exhibir como mérito para Presidir la Diputación Alicantina una trayectoria política ejemplar, un talante democrático y conciliador o un acreditado compromiso con la regeneración democrática y la lucha contra la corrupción. Todo lo contrario, José Ciscar y su secretario provincial, José Juan Zaplana, representan lo peor de la vieja política, del pasteleo institucional y del caciquismo.

Ambos con la colaboración de muchos otros ahora travestidos de renovadores y con la pasividad de la militancia popular han dejado al Partido Popular alicantino hecho unos zorros, en una organización sin vida interna, en una simple maquinaria electoral gastada y oxidada en la que se suceden las traiciones, las reyertas y los cambios de chaqueta para ver dónde encuentran acomodo los vividores y los profesionales de la política.

No es de extrañar pues que quien tiene ahora la llave para decantar la Presidencia de la Diputación hacia la izquierda o hacia la derecha, Ciudadanos, se oponga a que alguien con el siniestro perfil de José Ciscar pueda llegar a presidirla. Hay quien atribuye esta negativa a una especie de venganza personal del Coordinador de Ciudadanos, Emigdio Tormo, en tiempos hombre de confianza de Joaquín Ripoll, contra José Ciscar. Incluso el propio Ciscar ha tenido la cara dura de sugerir que tras esa oposición pudiera haber motivos relacionados con el caso Brugal, insinuación absolutamente fuera de lugar sobre todo viniendo de alguien que ha sido incapaz de explicar su propia vinculación con la trama Gürtel puesta en evidencia en los informes de la UDEF.

Sean cuales sean los motivos de fondo de Ciudadanos para vetar a José Ciscar como Presidente de la Diputación lo cierto es que sobra para hacerlo con los motivos aparentes. Se trata de una cuestión de higiene democrática para la política alicantina y para la institución provincial que debe dejar de ser un coladero de amigotes y enchufados y un instrumento en manos de políticos de la catadura de José Císcar al que le falta incluso la generosidad política suficiente como para renunciar a su candidatura con el fin de que el Partido Popular no pierda el gobierno de esta importante administración.

Santiago de Munck Loyola

http://santiagodemunck.blogspot.com.es

domingo, 7 de junio de 2015

La hora de la reconstrucción.


Tras los resultados electorales del pasado 24 de mayo se empiezan a hacer públicos diferentes estudios que tratan de explicar qué es lo que realmente ha sucedido, cómo y por qué se ha producido este vuelco electoral. Uno de los primeros en aparecer ha sido un estudio publicado en el Diario ABC que trata de explicar dónde han ido a parar los votos de 1.500.000 de españoles que han dejado de votar al Partido Popular. Según apunta este diario la formación encabezada por Mariano Rajoy ha pasado de casi 8,5 millones de votos y 26.500 concejales a seis millones de votantes y 22.750 ediles. En porcentajes, el PP se ha dejado más de diez puntos: el 37,54 por ciento de los votantes españoles que apostaron por estas siglas en 2011 se quedaron el domingo en un 27,05 por cien de los sufragios. Según ABC “el resultado final apunta a que los votos perdidos por el PP que no han ido a parar a Ciudadanos han acabado nutriendo a la izquierda, rentabilizados por Podemos, bien porque una parte del electorado de centro que en su día confió en el PP ha virado hacia opciones de izquierdas, bien porque se han tornado en abstención”.

Sin embargo, más escandaloso es el resultado en la Comunidad Valenciana. De 1.211.000 votos obtenidos en 2011, el PP pasa a 653.000 votos en 2015, casi la mitad de sus votos perdidos, lo que en porcentajes supone pasar del 48,61 % al 26,25 %. De estos 558.000 votos perdidos parece que Ciudadanos recoge algo más de la mitad, 306.000 votos. Y algo parecido ha ocurrido en la Provincia de Alicante donde el PP pasa de 405.000 votos en 2011, a 223.000 en 2015, pescando C’s 114.000 votos. Todo parece indicar que el crecimiento electoral de Ciudadanos no se debe únicamente al trasvase de votos populares, sino también y considerando el derrumbe de UPyD, a la captación de votos del partido de Rosa Díez.

En resumen, prácticamente la mitad de los antiguos votantes del PP le ha retirado su confianza en la Comunidad Valenciana y en concreto en la Provincia de Alicante. Y casi la mitad de esos votos fugados ha ido a parar a un partido de centro izquierda, Ciudadanos, mientras que otra buena parte, casi la mitad, se ha refugiado en la abstención.

No puede ser más desolador el panorama electoral para el votante de centro derecha, al menos en nuestra provincia. Tiene ante sí un Partido Popular que además de haberle traicionado sistemáticamente y de haber gobernado a caballo entre la incompetencia y la inmundicia, no es capaz de iniciar un profundo cambio de estructuras y de proyecto. Siguen los mismos, sin asumir responsabilidades y con una única misión: encontrar un salvavidas personal en medio del naufragio. Y tiene ante sí pequeños proyectos políticos, unos incapaces de traspasar el dique mediático y otros incapaces de desprenderse de sus ataduras localistas para embarcarse en una gran tarea como es construir un proyecto alicantino moderno y anclado en los principios y valores abandonados por los populares.

Y, sin embargo, hay madera, hay leña con la que encender un buen fuego. Hay cerca de 100.000 alicantinos que han abandonado al PP y que se han abstenido y seguramente habrá más votantes populares que, vista la pusilánime reacción de sus dirigentes provinciales, terminarán por abandonarlo también.

No es hora de lamentos; no es hora de levantar miedos frente a quienes legítimamente han ganado las elecciones; no es hora de azuzar odios ni discordias. Es la hora de la generosidad, del trabajo, de la imaginación y de la política con mayúsculas. Es hora de construir entre todos un proyecto liberal, moderado, regenerador y alicantinista que ofrezca soluciones a los ciudadanos y que sepa exigir y conseguir lo que a esta tierra pertenece. Un proyecto político que no dependa de los despachos de Madrid, ni de Valencia o de Barcelona como en estos días vemos en relación a los pactos poselectorales. Es hora de ponerse manos a la obra y de converger voluntades, porque si no dentro de cinco meses los alicantinos seguiremos sin una representación genuina en las Cortes Generales.

Santiago de Munck Loyola


lunes, 25 de mayo de 2015

La izquierda agradecida a José Ciscar y a JJ Zaplana.



Se veía venir. El desastre electoral del Partido Popular en Alicante estaba cantado. Un gran partido con miles, decenas de miles de afiliados, con un poder territorial como nunca ha disfrutado ninguna fuerza política en nuestra provincia se ha derrumbado. Sí, cierto, el PP ha ganado las elecciones, pero cuando se pierde tanto esta victoria sólo huele a fracaso. Y se lo han ganado a pulso. Por gestionar mal, por chulos, prepotentes y sordos. No se trata sólo de que el Partido Popular a nivel nacional haya traicionado de forma miserable a sus votantes haciendo exactamente lo contrario de lo que había prometido como en los temas del aborto, del trasvase, de las subidas de impuestos, del trato a los terroristas y a sus socios políticos, de la Alianza de Civilizaciones y tantos otras temas, sino que además aquí, en Alicante, los dirigentes populares han sido complacientes, cuando no cómplices, con conductas impresentables, con muchos casos de corrupción y hasta última hora.La falta de ejemplaridad de estos dirigentes, su falta de compromiso con la regeneración democrática, incluso su beligerancia con los defensores de la misma, ha sido de tal calibre que han cosechado un esperpéntico triunfo que va a servir para desalojar al Partido Popular de la mayor parte de los Ayuntamientos de la Provincia. Decenas de Alcaldes y concejales populares ejemplares, aunque cómplices con su silencio de los protectores de la corrupción, van a pagar las consecuencias.

Y es que hasta última hora han dado muestra de su desprecio hacia la gente y hacia los alicantinos en particular. En unas circunstancias en las que la ejemplaridad debería haber primado, lo que incluye apostar por medidas de decencia política como las incompatibilidades, el propio Presidente Provincial Popular, José Ciscar, no ha tenido escrúpulo ético alguno, no sólo en incluirse en puestos de salida en dos listas diferentes, encabezando la lista a las Cortes Valencianas y en el número 3 de la municipal de Alicante, sino de hacerlo precisamente en la de Alicante, siendo vecino de Teulada y sin siquiera trabajar en nuestra ciudad, poniendo así de manifiesto su absoluto desprecio a los vecinos de Alicante al usar la lista municipal para fines ajenos a la representación municipal.

Este siniestro personaje, que hace poco más de diez años no era del PP y que fue apadrinado en el mismo por el Sr. Camps (el de los trajes) y ascendido a la cúpula provincial gracias a los dedazos propios del PP y a la docilidad de la militancia popular que se traga a un chaquetero como nuevo líder si se lo “sugieren” desde arriba, no sólo se ha caracterizado por una pésima gestión como Consejero y Vicepresidente de la Generalidad Valenciana en general, sino como un claro enemigo de los intereses de la provincia marginándola presupuestariamente de forma continua.

A su pésima gestión puede ahora sumar la responsabilidad de un sonoro fracaso electoral con la inestimable ayuda de su mano derecha, el profesional de la política José Juan Zaplana al que no se le conoce otro oficio que el de trepar en cargos políticos. Los dos son los responsables de este fracaso, a los dos les ha perdido su prepotencia, su chulería, su desprecio a la democracia, a los ciudadanos y a la exigencia pública de ejemplaridad y transparencia. Representan lo peor de la clase política. Pero de algo podemos estar casi seguros los alicantinos, estos dos sujetos no van a pedir perdón a nadie, no van a dimitir e irse a su casa como sería lógico. Van a seguir enganchados a la “mamandurria” porque no saben, no pueden o no quieren hacer otra cosa. Y con tipos como éstos, el centro derecha seguirá huérfano. Cualquier día la izquierda les levanta un monumento.

Santiago de Munck Loyola

http://santiagodemunck.blogspot.com.es

viernes, 15 de mayo de 2015

Y ¿qué hay de la corrupción?


Hay que ver, con lo movidita que ha estado esta legislatura y ahora todos calladitos. No hace nada estábamos todos alucinados con las jugosas grabaciones que La Sexta emitía, esas refinadas conversaciones entre la Alcaldesa de Alicante y su amigo la “polla insaciable”, el capo de la ciudad en las que se hablaba de lo divino (es un decir) y lo humano, en las que se trataba sobre cómo apañar (¿o era amañar?) el Plan General de la ciudad, que si pásame un plano, que si me arreglas lo del Rico Pérez, que si los de Ikea por aquí, que si a ver si me ayudas a cargarme a Pedro Gea, que si colócame a éste,… ¿Y las fotos? ¡Preciosas! ¡Nivelón el de la casta política pepera y empresarial de Alicante! Ese bañador, esas gafas de buceo, esos pijamas andorranos,… Pero ya nadie se acuerda de eso. Nadie quiere hablar.

Hay que ver, con la de titulares en la prensa que nos hemos desayunado sobre las andanzas judiciales de nuestro Ayuntamiento y ahora todos calladitos. La Alcaldesa que tiene que salir por la puerta falsa con varias imputaciones judiciales a cuestas, el Vicealcalde procesado por el caso Magallanes, el concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Alicante,  Juan Seva,  inhabilitado por un juzgado en el marco del caso Lucentum,…  ¿Nadie se acuerda ya de las mil filigranas para que ni Rajoy ni el Rey fueran fotografiados junto a la Alcaldesa? Pues parece que no, que ya nadie se acuerda de eso. Nadie quiere hablar.

Y hay que ver, con la de noticias que ha generado la particular manera de “gestionar” el Partido Popular los millonarios contratos del Ayuntamiento de Alicante y ahora todos calladitos. Parece que fue hace mucho, mucho tiempo cuando se hablaba de las adjudicaciones millonarias a las empresas participadas del amigote del PP, “la polla Insaciable”, limpieza viaria, recogida de residuos, limpieza de colegios, el cementerio, obras públicas, aparcamientos… y no, no fue hace tanto tiempo, ha sido durante estos últimos años cuando el nombre de Alicante se ha asociado en toda España a la palabra corrupción. Pero parece que ya nadie se acuerda de eso. Nadie quiere hablar.

Toda esta montaña de suciedad y podredumbre ha sido posible porque los concejales que estaban en el Ayuntamiento lo han consentido, porque no han tenido ni la decencia, ni la valentía de alzar su voz y decir ¡Basta! Y, ahora, hay que recordarlo y recordar a los votantes que cinco de ellos siguen en las listas del Partido Popular. Un partido cuyo Presidente y cuyo Secretario Provincial lo han tolerado, consentido y propiciado. Baste recordar que cuando la Alcaldesa fue imputada, el Secretario Provincial del PP, ese profesional de la política, el Sr. JJ Zaplana, fue presto a presidir una cena de homenaje que dicha señora se organizó. Y los vecinos, los votantes deben saber que ese Presidente complaciente con estas políticas va ahora de número 3 en la lista municipal del PP de Alicante.

Parece evidente que existe un pacto de silencio entre el PP y el PSOE (los tentáculos de ciertos poderes empresariales son muy largos) para que no se recuerde ni se hable de eso. Pacto al que se han debido sumar encantados los recién llegados de Ciudadanos, bien porque su candidato era militante del PSOE hasta hace dos meses, bien porque traten de guardar la ropa para ver con quien pacta.

¿Y la prensa? Un misterio. Algo pasa porque “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante” es la única opción netamente alicantina que concurre a las próximas elecciones municipales y cuyos miembros, además, han sido especialmente beligerantes contra la corrupción. Se ignora precisamente a los que queremos que se hable de esto, a los que exigimos debates para poner los puntos sobre las íes, debates para desenmascarar a los farsantes que ahora se visten de lagarteranas y para poner encima de la mesa medidas regeneradoras.

Todo parece indicar que hay un pacto de silencio vergonzante y los votantes tienen que saberlo. Con este pacto puede que consigan que no se vea, ni se oiga la corrupción, pero el hedor persistirá.

Santiago de Munck Loyola